Fuente: Expansión
Pareja joven de clase media-alta, rozando la treintena y que vive del alquiler, que quiere comprar casa en Madrid y que ésta sea de nueva construcción. Éste es el retrato robot del comprador de vivienda nueva en 2018, según un informe publicado ayer por Fotocasa.
La subida del precio de la vivienda no está siendo una barrera para la demanda. El interés de los compradores se mantiene. Según la encuesta de Fotocasa, aunque la mayor parte de la demanda se concentra en la vivienda de segunda mano (el 33%), el peso del mercado de obra nueva está aumentando con rapidez, y un 67% de los compradores considera adquirir vivienda nueva. Además, el porcentaje de compradores que sólo busca inmuebles de reciente construcción casi se duplica en 2018: si en 2017 había un 8% de estos compradores, este año el porcentaje ha subido hasta el 15%. “La compra de obra nueva adquiere especial relevancia en la Comunidad de Madrid y Cataluña, donde se concentra casi el 50% del total de compradores que en el último año adquirió una vivienda nueva y el 45% de los que consideran la obra nueva dentro de sus planes de compra”, señala Beatriz Toribio, directora de Estudios del portal. Respecto al perfil de compra de vivienda nueva, el estudio determina que el 26% reside en Madrid y el 19% en Cataluña, el 52% es de clase media alta, el 39% tiene menos de 34 años, viven con su pareja (40%) y vivía en alquiler antes de la compra (46%).
Pero los gustos y necesidades cambian, y la vivienda nueva deja de ser una prioridad para los compradores conforme pasan los años. De hecho, ni siquiera todos los que querían comprar un piso de reciente construcción logran cumplir sus deseos. Fotocasa señala que del total de quienes consideraban esta opción, sólo el 42% adquirió una vivienda a estrenar, mientras que el 58% terminó comprando un inmueble de segunda mano. El encarecimiento del mercado está detrás de este cambio de opinión: el 50% de quienes se decantaron finalmente por activos usados considera que el precio de la vivienda nueva era demasiado caro, y el 45% apunta a la poca oferta de obra nueva en el barrio que les interesaba. Estos dos problemas se dan especialmente en las grandes capitales.
A partir de los 35, cada vez hay más compradores que descartan la opción de la obra nueva, poniendo el foco en el mercado de segunda mano. El comprador de vivienda usada es más mayor –el 54% tiene más de 35 años–, vive en pareja y con hijos (43%), es de clase media-alta (42%), y reside en Madrid o Cataluña (41%).